Grupo litúrgico

¿Qué es el Equipo de Liturgia?

El Equipo de Liturgia es un grupo constituido por personas creyentes que prestan generosamente su servicio a la comunidad en su aspecto celebrativo.
Como nos dice el Concilio, están en orden a “trabajar para que florezca el sentido comunitario parroquial, sobre todo en la celebración común de la misa parroquial” (SC 42).

Funciones del Equipo de Liturgia

1. El cuidado de la vida litúrgica parroquial:
Esta es la tarea más importante del Equipo de Liturgia dentro de la Parroquia: preparar, animar y revisar las celebraciones en sintonía con el Párroco. Esto abarca diversos aspectos.
a) Elementos materiales: Asegurar que la Parroquia cuente con todo lo necesario para una celebración digna:

  • un templo bien dispuesto, limpio, ordenado, con las debidas condiciones de luz y audición, con una distribución adecuada de los bancos;
  • un presbiterio adecuado, altar, ambón, sede;
  • ornamentos renovados, dignos, limpios;
  • libros para el presidente, lectores, coro, organistas, para la sede, etc.

b) Encontrar más miembros para el grupo y actividades. Los miembros del Equipo de Liturgia se han de preocupar de ir aumentando poco a poco el grupo de liturgia. Esto exige:

  • Buscar y encontrar personas que sean aptas para estos servicios;
  • Ayudarles a entender y valorar su servicio; capacitarles para realizarlo bien.

c) La creación de la asamblea litúrgica. El sujeto de la celebración es la asamblea que se reúne para celebrar. Por tanto ésta debe recuperar toda su vitalidad. La constitución de una asamblea litúrgica requiere toda una pedagogía para que las personas reunidas tomen conciencia de pertenencia a una comunidad. Por eso, es importante el enfoque de la celebración, el ambiente que se crea, la introducción preparatoria a la celebración, las moniciones, etc.

d) El desarrollo de la celebración. Para conseguir que la vida litúrgica de la Parroquia se desarrolle de manera adecuada la comisión debe procurar:

  • Que se supere la rutina y la inercia. No cantar siempre los mismos cantos; que cada misa dominical tenga varios monitores y lectores que se cambien, un día hace uno y otro día otro; destacar algún aspecto de la Eucaristía, etc.
  • Que la celebración recoja y exprese la vida de la comunidad parroquial, arciprestal y diocesana con sus inquietudes, sus necesidades, sus aspiraciones.
  • Que la celebración responda a los problemas, necesidades, sufrimientos y gozos del hombre de hoy y del pueblo. En la oración universal siempre debiera aparecer algún problema, necesidad o gozo de dicha asamblea.
  • Que en las celebraciones se busque un equilibrio entre la acción comunitaria y la participación individual, entre el silencio y la palabra, equilibrio entre la observancia de las normas litúrgicas y la creatividad y adaptación a la comunidad concreta. Cabe acercarse, “traducir” el símbolo, pero con el cuidado de no alegorizar todo.

2. La educación litúrgica de la Parroquia
Además de educarse a sí mismo, el Equipo de Liturgia ha de buscar educar litúrgicamente a la comunidad parroquial:

  • que conozca el sentido de las diversas celebraciones, en especial de la Eucaristía,
  • que comprendan el lenguaje litúrgico, el contenido profundo de los gestos, etc.

En primer lugar no olvidar la tarea educadora que se puede realizar a través de las moniciones para guiar al pueblo en su participación, ayudarle a entrar en la celebración comprendiendo los ritos, dando sentido a los gestos, creando un ambiente de oración y recogimiento.

3. Preparación de las celebraciones
Esta es una de las tareas más concretas a realizar en la Parroquia. La preparación de una celebración exige (junto con la creación de los equipos consiguientes):

  • Profundizar en el mensaje evangélico de cada domingo, leyendo juntos las lecturas dominicales, reflexionando sobre el mensaje evangélico y la manera de hacerlo llegar a los fieles que participan en las eucaristías dominicales.
  • Fijar bien el sentido de la celebración: Que todos los que van a participar en la celebración sepan qué se va a celebrar y por qué. No todas las celebraciones son iguales. No es lo mismo un domingo de Adviento o uno de Pascua.
  • Preparar todo lo necesario para la celebración. Los elementos materiales (el pan, el vino…), los elementos de la misa (oraciones, prefacios, plegaria eucarística, cantos, salmos, etc.), las moniciones, guiones para las celebraciones más complejas destinados al presidente, monitor, lectores, coro…
  • Distribución. Todo ello y para no improvisar a última hora, es conveniente distribuir con suficiente antelación las diversas tareas y servicios litúrgicos.

4. Realización de las celebraciones
La celebración misma es el cúlmen y fuente, por tanto, lo más importante de la pastoral litúrgica.
El Equipo de Liturgia deberá estar atento a que las celebraciones no caigan en:

  • un formulismo vacío, es decir, una liturgia donde se observen todas las normas y leyes litúrgicas pero donde falta vida, calor, oración, participación interior.
  • una rutina donde no se exprese la vida cambiante de las personas y de la comunidad.
  • una acción donde sólo participen el presidente y algunos fieles mientras el pueblo asista pasivamente como mero espectador.

Será conveniente que el Equipo de Liturgia sepa revisar periódicamente las celebraciones de la Parroquia para señalar las deficiencias que se observan, los defectos en que se vaya cayendo, etc. para tratar de corregirlos y seguir mejorando la vida litúrgica parroquial.

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